La piel es el órgano más grande del cuerpo, por lo que es importante explorarlo en su totalidad.
Las enfermedades de la piel son múltiples y variadas. Engloban desde las enfermedades eritematodescamativas como la psoriasis, la dermatitis seborreica y los eczemas, hasta las infecciones cutáneas víricas, bacterianas y fúngicas. Las infecciones de transmisión sexual también son evaluadas por los dermatólogos.
El seguimiento de los lunares y el diagnóstico y tratamiento de los tumores cutáneos se realizan de forma rutinaria en la consulta.
El acné y la rosácea son de las patologías más frecuentes que vemos, así como el melasma y otros trastornos de la pigmentación.
La urticaria, mastocitosis y los pruritos deben ser estudiados y tratados.
Existen enfermedades autoinmunes que afectan a la piel como el lupus cutáneo, las enfermedades anmpollosas, las esclerodermias y la sarcoidosis.
El acné es una de las enfermedades dermatológicas más frecuentes y aunque puede afectar a distintos grupos de edad, es en la adolescencia y en adultos jóvenes donde se ve aumentada su incidencia.
Su etiopatogenia es multifactorial y varios factores pueden estar implicados en su desarrollo como son: las hormonas sexuales, sobre todo los andrógenos, algunas bacterias del grupo de Propionebacterium, el tipo de glándula sebácea de cada paciente así como la secreción de la misma. Recientemente se ha descrito un empeoramiento del acné con dietas ricas en hidratos de carbono de absorción rápida y con el consumo excesivo de lácteos.
Los tratamientos del acné incluyen siempre un tratamiento con cremas específicas y una adecuada higiene, muchas veces acompañados de otros tratamientos orales que pueden ser de tipo hormonal (anticonceptivos con acción antiandrogénica), isotretinoína o antibióticos orales.
Además de los tratamientos dermatológicos usuales, muchas veces utilizamos diversas fuentes de luz para evitar la aparición de cicatrices o para mejorar las preexistentes.
Es importante realizar una adecuada limpieza facial y extracción de comedones, que haremos en la consulta desde la primera visita. En ocasiones, puede ser también necesario el uso de peelings químicos y de láseres ablativos y no ablativos.
Y, lo más importante de todo es el tratamiento precoz para evitar las cicatrices secundarias.
La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica que ha visto aumentada su incidencia en los últimos años, y que se caracteriza por la aparición de lesiones acneiformes y por una labilidad vasomotora que provoca la aparición de eritema y rojeces.
Es muy prevalente que afecta más a mujeres y a las personas de fototipos claros. La causa es desconocida influyendo en su aparición múltiples factores.
A veces es difícil diferenciarlo del acné clásico, y será la ausencia de comedones y esa tendencia al eritema o rojez lo que nos ayuda al diagnóstico.
El tratamiento dermatológico, además de médico con el apoyo de fármacos orales y tópicos, también se basa en el uso de láseres y otras fuentes de luz que ayudan a los tratamientos clásicos.
La psoriasis pertenece al grupo de enfermedades eritematodescamativas y se caracteriza por la aparición de placas rojas con escamas en superficie de una coloración nacarada característica.
Existen diversas expresiones clínicas de la misma: psoriasis en gotas, psoriasis en placas, psoriasis palmo plantar, psoriasis del cuero cabelludo y psoriasis invertida (cuando se ven afectados los pliegues).
Entre un 15-25% de los pacientes con psoriasis pueden tener afectación articular, y esta artritis posriásica, es una artritis degenerativa que precisa un diagnóstico y tratamiento precoz.
La mayor parte de los pacientes con psoriasis, van a presentar un cuadro leve de la enfermedad, que controlaremos con tratamientos a base de cremas.
Sin embargo, otros pacientes van a tener lesiones más generalizadas o afectación de zonas comprometidas como las manos o los pliegues, siendo necesario en estos casos, el tratamiento con fámarcos sistémicos u orales.
Se trata de una enfermedad crónica que cursa en forma de brotes, y su evolución es impredecible en cada paciente. Pueden existir periodos libre de síntomas que duran meses o años.
El estrés y algunos medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos y el litio pueden desencadenar un brote de psoriasis.
El melasma son manchas hiperpigmentadas de bordes difusos, que aparecen en personas jóvenes y en la cara. Empeoran o se desencadenan con los embarazos o la toma de anticonceptivos.
El tratamiento consiste en aplicar cremas despigmentantes, muchas veces como formulas magistrales. Es importantísimo combinar los tratamientos con una adecuada protección solar. Además de las cremas con sustancias despigmentantes, en ocasiones es necesario añadir otros tratamientos como los peelings, mesoterapia o roller.
Lo más importante es prevenir las infecciones de transmisión sexual.
Pero una vez que aparecen o sospechamos de su aparición, debemos acudir a un dermatólogo para que nos pueda diagnosticar y dar un tratamiento adecuado.
El nombre completo de nuestra especialidad es Dermatología Médico Quirúrgica y Venereología, y por tanto somos los mayores especialistas en estas afecciones.
La formulación magistral consiste en hacer cremas específicas para cada paciente y para cada patología.
Los dermatólogos las usamos de forma habitual para tratar algunas enfermedades cutáneas, porque nos permite elegir los principios activos acordes con la patología de cada paciente y además podemos seleccionar en qué vehículo los vamos a incluir en función de la piel de cada uno y de lo que queremos que penetre el principio activo.
Es el dermatólogo el que formula la receta y los pacientes deben llevarlas a farmacias específicas, con experiencia en formulación magistral y con un laboratorio adecuado para prepararlas.
Desde hace más de 10 años, la Dra. Elena Vargas es miembro del Grupo de Farmacéuticos y Dermatólogos Formuladores con una amplia experiencia y conocimiento en formulación magistral.