¿Te sudan las manos incluso cuando estás tranquilo? ¿Notas que tus axilas se empapan aunque no haga calor? ¿Sientes que el sudor limita tu día a día, desde dar la mano hasta elegir qué ropa ponerte?
Si es así, puede que estés viviendo con hiperhidrosis, una condición más común de lo que parece, pero muchas veces mal entendida.
Como dermatóloga, veo con frecuencia personas que llevan años buscando una explicación —y sobre todo, una solución— a su sudoración excesiva. Lo que muchos no saben es que, desde la dermatología, hoy contamos con herramientas eficaces y seguras para tratar este problema y mejorar significativamente la calidad de vida.
La hiperhidrosis es una condición médica en la que las glándulas sudoríparas producen más sudor del necesario para regular la temperatura corporal. En otras palabras, se trata de una sudoración excesiva que no siempre está relacionada con el calor, el ejercicio o situaciones de estrés evidentes.
Este trastorno se debe a una hiperactividad del sistema nervioso simpático, el cual regula, entre otras funciones, la actividad de las glándulas sudoríparas ecrinas.
Puede afectar varias partes del cuerpo, pero es más común en:
Aunque las zonas más conocidas son las axilas, palmas, plantas y rostro, muchas personas también experimentan sudoración excesiva en áreas menos visibles, como la región inguinal, genital o perineal.
Esta forma de hiperhidrosis puede generar aún más incomodidad y suele ser motivo de silencio o vergüenza, cuando en realidad también tiene soluciones dermatológicas eficaces y en Dermaniac somos expertos en tratra la sudoración genital.
Existen dos tipos principales de hiperhidrosis:
Aunque no es una enfermedad grave en sí misma, sí puede tener un fuerte impacto emocional y social: afecta la autoestima, dificulta las relaciones personales y puede llegar a condicionar decisiones cotidianas como la elección de ropa, trabajos o actividades sociales.
La hiperhidrosis puede tener distintos orígenes, y conocerlos es fundamental para elegir el tratamiento adecuado. A grandes rasgos, las causas se dividen en dos grandes grupos, dependiendo del tipo de hiperhidrosis
En el caso de la hiperhidrosis primaria no tiene una causa orgánica identificable.
En la hiperhidrosis secundaria, el sudor es síntoma de otra cosa. El exceso de sudor puede deberse a una enfermedad subyacente o al efecto de ciertos fármacos. Algunas posibles causas incluyen:
Muchas personas viven con sudoración excesiva durante años sin saber que tienen una condición médica tratable. Si te preguntas si lo tuyo es “normal” o podría ser hiperhidrosis, aquí te explico cómo identificarla desde la consulta dermatológica.
Si te sientes identificado/a con varios de estos puntos, es muy probable que estés frente a un caso de hiperhidrosis.
Una vez que se diagnostica la hiperhidrosis, la buena noticia es que existen varias opciones terapéuticas para controlarla. El tratamiento se adapta según la zona afectada, la intensidad del sudor y las características individuales de cada paciente.
Es la primera línea de tratamiento en casos leves o localizados. Se trata de productos tópicos. que contienen concentraciones altas de cloruro de aluminio.
Este compuesto actúa bloqueando temporalmente los conductos de las glándulas sudoríparas, reduciendo la producción de sudor en la zona aplicada. Se suelen usar por la noche y sus efectos pueden mantenerse durante varios días. En algunas personas producen irritación en la piel por lo que se limita su aplicación.
La aplicación de toxina botulínica tipo A es uno de los tratamientos más efectivos y seguros para la hiperhidrosis localizada, especialmente en axilas, palmas, y frente y cuero cabelludo.
El procedimiento consiste en realizar microinyecciones en la zona afectada. La toxina bloquea la señal nerviosa que activa las glándulas sudoríparas, reduciendo significativamente la sudoración.
Los resultados aparecen entre 3 y 7 días después del tratamiento y pueden durar entre 4 y 9 meses, dependiendo de la zona y el metabolismo de cada paciente. Es una opción ideal cuando los antitranspirantes no son suficientes o se busca una solución de mediano plazo sin cirugía.
En casos más generalizados o cuando otros tratamientos no son suficientes, puede recurrirse a medicamentos que actúan a nivel sistémico, como los anticolinérgicos. Estos fármacos inhiben la señal del sistema nervioso hacia las glándulas sudoríparas.
Su uso requiere un seguimiento médico cuidadoso, ya que pueden producir efectos secundarios como sequedad de boca, visión borrosa, esteñimiento o somnolencia. No son la primera opción, pero pueden ser muy útiles en pacientes con hiperhidrosis extensa o resistente.
La simpatectomía torácica endoscópica es una intervención quirúrgica que se reserva para los casos más severos, cuando otros tratamientos han fallado. Consiste en cortar o bloquear los nervios simpáticos que estimulan las glándulas sudoríparas.
Es especialmente efectiva en la hiperhidrosis palmar, pero puede tener efectos secundarios importantes, como sudoración compensatoria en otras zonas del cuerpo. Por eso, siempre se evalúa con mucho cuidado y solo en contextos muy seleccionados.
En Dermaniac, tratamos la hiperhidrosis desde un enfoque médico, humano y completamente personalizado. Sabemos que no todas las personas sudan igual ni por las mismas razones. Por eso, el primer paso siempre es escucharte y entender tu caso.
Nos especializamos en el manejo dermatológico de la sudoración excesiva, tanto en sus formas más comunes —como las axilas, las manos o los pies— como en zonas menos visibles pero igual de molestas, como el rostro o la zona genital.
Si llevas tiempo conviviendo con este problema o si simplemente tienes dudas sobre si podrías estar viviendo con hiperhidrosis, te invitamos a agendar una primera valoración en nuestra clínica en Madrid.