¿Un lunar que ha cambiado? ¿Podría ser un melanoma?
A veces es solo una manchita, otras veces es un lunar que lleva ahí años pero que de pronto cambia. Puede tratarse también de un lunar nuevo que no termina de convencerte. ¿Siempre ha tenido ese color? ¿Esa forma? ¿No parece más grande que antes? Es fácil ignorarlo o pensar que no es nada.
El melanoma es uno de los cánceres de piel más agresivos. Puede desarrollarse sobre un lunar preexistente que maligniza, o aparecer sobre piel sana. Esto último es lo más frecuente, y al inicio puede parecerse a un lunar de nueva aparición.
Es un tumor que si no se diagnostica a tiempo puede extenderse a otros órganos del cuerpo y dar metástasis.
Sin embargo, si se diagnostica en fases tempranas puede curarse completamente. Por eso es tan importante reconocerlo, saber cómo se manifiesta y acudir al dermatólogo ante cualquier signo sospechoso.
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina en los melanocitos, las células encargadas de producir melanina, el pigmento que da color a la piel, los ojos y el cabello. A diferencia de otros tumores cutáneos más comunes como el carcinoma basocelular, el melanoma tiene una mayor capacidad de diseminarse a otros órganos si no se detecta y trata a tiempo.
El melanoma no aparece de un día para otro. Es el resultado de una serie de daños acumulados en el ADN de las células de la piel, especialmente los melanocitos.
Uno de los aspectos más críticos del melanoma es su capacidad para pasar desapercibido.
A continuación, te presentamos los principales signos de alerta que deben ponerte en guardia. La mayoría de ellos se resumen en la conocida regla del ABCDE:
Aunque existen guías generales para identificar lunares sospechosos, como la conocida regla del ABCDE, y que debes tener en cuenta, es importante destacar que no todos los melanomas las cumplen y que no todos los lunares que cambian son necesariamente cáncer.
👉 Entonces, ¿qué hay que vigilar? Aquí tienes algunas señales que sí deberían hacerte pedir cita con un dermatólogo:
Aunque todos son tumores cutáneos, no todos los cánceres de piel se comportan igual ni tienen la misma gravedad. El melanoma se diferencia de forma clara en varios aspectos clave:
Aunque todos requieren atención médica, el melanoma destaca por su agresividad y debe ser detectado cuanto antes. Una revisión dermatológica a tiempo puede marcar la diferencia.
Cuando una lesión en la piel despierta sospechas, lo primero que debes saber es que solo un dermatólogo puede confirmar o descartar un melanoma. No basta con observarlo a simple vista: aunque muchos melanomas tienen un aspecto característico, otros pueden parecer inofensivos.
El tratamiento del melanoma depende de varios factores: la profundidad del tumor, si hay o no metástasis, su localización y el estado general del paciente. Cuando se detecta de forma precoz, el tratamiento suele ser sencillo y altamente eficaz.
Es el tratamiento principal y más eficaz en melanomas localizados. Consiste en extirpar completamente la lesión con un margen de seguridad alrededor, para asegurarnos de eliminar todas las células tumorales. Si el diagnóstico es temprano, esta intervención puede ser sencilla y con excelentes resultados tanto médicos como estéticos.
En melanomas más profundos (generalmente a partir de 0,8 mm de grosor), se valora realizar esta técnica. Consiste en identificar y analizar el primer ganglio linfático al que podrían llegar células tumorales desde la lesión original. Si este ganglio está libre de cáncer, se reduce significativamente el riesgo de diseminación.
Inmunoterapia:
Para melanomas avanzados o metastásicos, se utilizan medicamentos que estimulan el sistema inmunológico del propio paciente para que reconozca y destruya las células cancerosas. Estos tratamientos han revolucionado el manejo del melanoma en los últimos años y han mejorado notablemente la supervivencia.
Algunos melanomas presentan mutaciones genéticas concretas (como BRAF), que pueden tratarse con fármacos específicos que bloquean el crecimiento de las células tumorales. Estos tratamientos son orales y se utilizan especialmente cuando el melanoma ya se ha extendido.
Su uso es menos frecuente en el melanoma, pero pueden emplearse en casos muy avanzados o cuando otros tratamientos no han sido efectivos. La quimioterapia clásica tiene un papel más limitado hoy en día, mientras que la radioterapia puede utilizarse como apoyo en determinadas localizaciones o para aliviar síntomas.
En nuestra clínica estamos comprometidos con la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento de los cánceres de piel, incluido el melanoma. Somos especialistas en la detección temprana de melanomas y otros tipos de cáncer de piel.
Detectar el melanoma a tiempo permite evitar tratamientos más agresivos y mejora significativamente el pronóstico.
Si has notado un lunar que cambia, una lesión que no mejora o simplemente quieres revisar tu piel con tranquilidad, estamos aquí para ayudarte.