El verano es una de las épocas más disfrutadas del año, pero también puede ser una de las más agresivas para nuestra piel. La exposición prolongada al sol, el cloro de las piscinas y la sal del mar pueden dejar la piel deshidratada, con manchas y menos luminosa.
Además, durante las vacaciones, es común que relajemos nuestras rutinas de cuidado, lo que puede agravar aún más el daño.
Ahora que el verano ha terminado, es el momento perfecto para revitalizar tu piel y devolverle la salud que merece. En este artículo te contaremos cómo puedes cuidar tu piel después del verano y te hablaremos de algunos de los tratamientos dermatológicos más populares para recuperar su luminosidad y revertir el daño solar.
Después de meses de sol, playa y piscinas, es normal que la piel muestre signos de desgaste. Estos son algunos de los efectos más comunes que el verano deja en la piel, encontramos:
Por todas estas razones, es fundamental reactivar el cuidado de la piel después del verano para devolverle su vitalidad y protegerla de futuros daños.
Una vez que el verano ha terminado, es crucial establecer una rutina de cuidado que ayude a la piel a recuperarse de los daños sufridos. Lo más interesante es empezar a hacer un plan de tratamiento, empezando a preparar la piel en septiembre y realizando terapias a lo largo del año de forma continuada.
Podemos combinar diferentes opciones terapéuticas porque lo que buscamos es una sinergia entre los mismos.
Después del verano, una de las opciones más recomendadas es comenzar con tratamientos no invasivos que estimulen la regeneración de la piel, como el uso de plasma rico en plaquetas (PRP). Este tratamiento aprovecha los factores de crecimiento de tu propia sangre y actuando como terapia regenerativa.
Este tratamiento puede realizarse incluso si estás bronceado, y es especialmente útil para recuperar la piel que ha sufrido agresiones durante el verano.
Tras el verano, es recomendable incorporar el uso de retinoles en tu rutina de cuidado, que son esenciales para mejorar la textura de la piel, tratar problemas como manchas o líneas de expresión que se han acentuado durante el verano.
Los retinoles ayudan a acelerar la renovación celular y a preparar la piel para tratamientos más intensivos como tratamientos despigmentantes o con fuentes de luz.
En pacientes con tendencia a manchas como el melasma, es recomendable comenzar con despigmentantes suaves después del verano, para atenuar las manchas causadas por la exposición solar y equilibrar el tono de la piel de forma progresiva. Las fórmulas despigmentantes más potentes podremos empezar a aplicarlas a finales de septiembre.
Una vez que el bronceado empieza a desvanecerse, podemos comenzar con tratamientos de luz intensa pulsada, que son efectivos para eliminar léntigos, rojeces, telangiectasias y mejorar la elasticidad de la piel. Este tratamiento, además de corregir las imperfecciones, estimula la producción de colágeno, dándole a la piel un aspecto rejuvenecido.
Este láser se puede realizar después del verano, ya que el bronceado no nos impide su realización. Genera pequeñas columnas de calor que atraviesan la epidermis sin dañarla y calientan la dermis, lo que estimula la producción de colágeno. Eso sí, después de usar el láser FRAX, es importante evitar la exposición solar durante las dos semanas posteriores.
Las arrugas de expresión pueden tratarse de manera efectiva con neuromoduladores, que se aplican cada cinco o seis meses.
Muchos pacientes prefieren hacerlo antes de eventos sociales importantes, como las Navidades, pero este tratamiento puede aplicarse en cualquier momento del año.
En cuanto a los rellenos dérmicos, como el ácido hialurónico o la hidroxiapatita cálcica, pueden aplicarse en cualquier época del año.
La mesoterapia con ácido hialurónico es un tratamiento especialmente útil tras el verano, ya que ya que nos permite hidratar la piel y nos ayuda a recuperar ese tono apagado.
Mantener una buena hidratación es esencial para recuperar la elasticidad y el brillo de la piel. Tras los daños sufridos por el sol y los elementos del verano, es recomendable usar cremas hidratantes con ingredientes como el ácido hialurónico, que retiene la humedad y ayuda a reparar la barrera cutánea.
Es importante recalcar que todos los tratamientos con láser y fuentes de luz que pueden generar un daño controlado en la epidermis deben realizarse entre octubre y mayo, cuando la exposición solar es mínima y siempre que no estemos bronceados.
Por otro lado, tratamientos como los neuromoduladores, rellenos con ácido hialurónico o hilos tensores pueden aplicarse en cualquier momento del año. Sin embargo, es preferible realizarlos después de los tratamientos con láser para evitar interferencias entre procedimientos.
Cada piel es única, y en Dermaniac entendemos que no todos los tratamientos funcionan igual para todas las personas.
Por ello, una evaluación dermatológica individualizada es clave para desarrollar un plan de cuidados post-verano que se ajuste a las características y necesidades específicas de tu piel y tener en cuenta aspectos como tipo de piel, edad, grado de daño, objetivo, tendencia al meslama, sensibilidad, acné, etc.
En Dermaniac, tu clínica de dermatología en Madrid, cada paciente recibe un diagnóstico personalizado, que nos permite ofrecer una combinación de tratamientos diseñados específicamente para sus necesidades. De este modo, conseguimos maximizar los resultados y garantizar que tu piel luzca saludable y rejuvenecida después del verano.
¡Pide tu cita ahora y juntos cuidaremos tu piel!